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Alimentación en la crianza

Dieta solida: Los bovinos al nacer, no presentan su rumen, redecilla y librillo o preestómagos, desarrollados; por lo que la crianza es la etapa donde esto comienza a producirse. Los terneros deben comenzar desde que ingresan a la crianza, a recibir una dieta solida de calidad, que es la que ira produciendo el desarrollo ruminal.

Sistema tradicional (45 a 60 días): los terneros al nacer, son considerados pre rumiantes, porque si bien cuentan con los preestómagos (rumen, retículo y omaso), estos no son funcionales y la digestión de los alimentos es solamente enzimática y se produce en el estómago verdadero o abomaso (que es funcional en términos generales). El desarrollo del rumen ocurre generalmente dentro de las primeras 4 a 8 semanas de vida del ternero. El motivado principalmente por el consumo de alimento seco. Si los terneros tienen acceso a alimentos iniciadores desde los primeros días de nacido, el desarrollo ruminal, se adelanta tanto anatómica como funcionalmente.

Los terneros deben recibir un balanceado iniciador de calidad, con 18% de PM (mínimo) y 75% de TND, a discreción desde que ingresan a la crianza y hasta los 90 días de vida.

El alimento también debe aportar minerales y vitaminas en cantidad suficiente.

La oferta de fardo o rollo de calidad se realizara en la última etapa de la crianza cuando el ternero está consumiendo bien el alimento balanceado. El fardo deber ser de la mejor calidad disponible.

HENO: Cuando se está en etapa de leche, el objetivo principal debe ser maximizar el desarrollo ruminal para que el ternero puede depender exclusivamente de alimentos sólidos y agua.

Los alimentos que promueven el desarrollo del rumen (papilas y espesor de pared) son los concentrados de alta energía. Ellos son los alimentos balanceados para ternero lactante: alta energía, mínimo de 18% de proteína, in urea y bajos en fibra.

La mayoría de los trabajos de investigación recomiendan NO DAR HENO en esta etapa de leche. El motivo es que no promueve el desarrollo ruminal y compite con el concentrado, disminuyendo el consumo de éste por sustitución.

En la práctica, no significa que no pueda funcionar una crianza con heno, pero en el mejor de los casos el mismo no aporta nada positivo.

Lo que se ve en la práctica en aquellas crianzas que lo usan, es que el heno además es de mala calidad, muchas veces enmohecido  con riesgo de intoxicación clínica o subclínica, lo usan de cama, aumente el problema de moscas, el trabajo de ponerlo, tirar el descarte, etc.

 Cuando se deslecha el ternero, el consumo de AB aumenta mucho día a día y de no haber consumo de heno, pasa a ser el 100% del alimento. El heno en esta etapa cumple dos funciones importantes. Por un lado pasa a complementar el desarrollo del rumen iniciado por el AB, promoviendo la población de los protozoarios en el mismo. Por otro lado, diluye la dieta de concentrado (AB) que de ser único alimento podría aumentar la acidez peligrosamente.

En relación a esto último (acidosis), el heno promueve la salivación, la que con su alta concentración de bicarbonato de sodio tiende a neutralizar esa acidez ruminal.

Por estos motivos, es fundamental promover el consumo de heno en los terneros deslechados.

Para lograrlo el heno debe ser de EXCELENTE calidad y debe ser ofrecido a voluntad y en pasteras que permitan que se aproveche al máximo la hoja.

Resumiendo: no es recomendable dar heno a los terneros en etapa de leche. Si es muy importante dar heno de primera calidad para darlo en pasteras luego del destete.

El desleche ideal sería el siguiente:

Deslechar gradualmente. Comenzar a retirar la leche cuando los terneros consuman 1 kg de alimento iniciador (suministrando la mitad del volumen de leche que venían consumiendo), deslechar completamente cuando lleguen a un consumo de 1,5 kg.

Una vez deslechados, ofrecer agua templada (no de pozo que generalmente está en 15 o 20 grados) a los mismos horarios de asignación de leche durante los próximos 3 días al desleche.

No cambiar de dieta durante las próximas 2 semanas pos desleche, es decir continuar con un alimento iniciador con 18% de proteína bruta como mínimo.

Evitar, en lo posible, el momento del desleche con otros factores estresantes como descorne o vacunación.

No mover ni reagrupar a los terneros en las próximas 2 semanas pos desleche. En caso de hacerlo, el corral deberá ser para no más de 10 animales, con tamaño y peso similares (no superar el 20% del peso vivo de diferencia). Proveer al menos 30 cm lineales de comedero para evitar la competencia, excelente calidad de fibra (rollo de alfalfa) y agua.

En nuestro país se ven situaciones totalmente opuestas a las descriptas anteriormente, pero es esencial del porqué no podemos llegar al objetivo de duplicar el PV a las 8 semanas.

Cuando los terneros se encuentran consumiendo como mínimo 1 kg de alimento balanceado, tienen entre 45 y 60 días de edad y se encuentran en muy buen estado corporal, puede prescindir de la dieta láctea (la más nutritiva pero la de más alto costo) y seguir recibiendo una dieta solida exclusivamente. Esto se puede realizar porque desde el punto de vista fisiológico se puede afirmar que las estructuras anatómicas (rumen y retículo) han alcanzado un nivel de desarrollo o madurez que les permite la degradación de la celulosa en ácidos grasos volátiles (AGV), que son la fuente de energía para cubrir los requerimientos que tiene las terneras en esta etapa de crecimiento.

Para ir progresivamente reduciendo los días de leche (pero no menos de 45 días), se puede empezar antes con la adaptación para el desleche, haciendo una semana una toma y otra semana sin toma en la crianza, pero con fardo y agua a discreción, a fin de observar el consumo creciente de alimento balanceado y el estado del ternero.

Deberíamos plantearnos como objetivo:

Edad al primer servicio: 14 a 15 meses.

Edad al primer parto: 24 meses.

En muchas explotaciones es común todavía encontrar que el primer parto se produce pasados los 30 meses de edad.

El servicio precoz de las vaquillonas tiene varias ventas:

·         Se ha demostrado que las vaquillonas que paren a los 24 meses con una buena alimentación son las que más producen en las 3 primeras lactancias. La sub alimentación trae aparejada una menor producción en las primeras lactancias.

·         Disminuye la cantidad de vaquillona “improductivas” en el campo, quedando más forraje disponible para las vacas en producción.

·         Las vaquillonas comienzan a producir dinero antes, ya sea que se las venda al parir o que se las ordeñe.

Para poder lograr estos objetivos sin problemas se debe incrementar el crecimiento a fin de que al primer servicio (14 meses) las vaquillonas HH pesen un mínimo de 340 kg, 600 kg al momento del parto y 540 después del parto, con un estado corporal de 3,5 puntos. Para lograr estos pesos con aumento promedio entre nacimiento y parición de 700 a 800 grs diarios.

El crecimiento de la vaquillona se puede dividir en 3 periodos:

–          Crianza (hasta los 90 días)

–          Recría pre servicio (90 días a 14 meses)

–          Recría post servicio (servicio a parto: 15 a 24 meses)

DESAFIOS NUTRICIONALES EN LA CRIANZA

Esta es una etapa donde hay que lograr la máxima ganancia de peso, existe aquí una oportunidad de mejora.

El objetivo es duplicar el peso vivo a las 8 semanas, con desafíos nutricionales de lograr dietas que permitan GD entre 600 y 800 gr.

Para obtener mayores ganancias existen distintas alternativas, que pueden ser aplicadas solas o combinadas.

CRECIMIENTO ACELERADO: Los protocolos de crecimiento acelerado, basados en suministrar más leche han demostrado funcionar, pero implican un manejo más intenso de la alimentación, ya que dar 8 o 9 litros de leche por ternera requiere de un tercer suministro diario (3 litros por toma) en la mayoría de los casos. El dar más leche es un tema de costos.

Mencionamos que, uno de los desafíos nutricionales más importantes es lograr una dieta que permita ganancias de peso entre 600 y 800 gramos/animal/día. Con 4 litros de leche o su equivalente en lacto reemplazante no logramos esas ganancias. El esquema ideal es suministrar 4 litros de lacto o leche durante la primera semana y luego aumentar el suministro de leche a 6 o más litros diarios repartidos en dos tomas.

Otra posibilidad es suministrar un alimento extrusado, de mayor digestibilidad para fomentar mayor consumo y desarrollo de papilas ruminales en los primeros 20 días de vida.

Cuando se tiene a un ternero bien alimentado hay menos chances de que se enferme y que muera. Además existe abundante bibliografía que indica que cuando una ternera logra altas ganancias durante sus primeras 8 semanas de vida (más de 800 gramos), en  la primera lactancia, la vaquillona va a dar en promedio 750-1000 litros de leche más que una vaquillona que ganó 600 gramos/día.

CADA 1 KILO EXTRA DE PESO VIVO, OBTENIDO AL SALIR DE LA GUACHERA, HAY 850 LITROS MAS EN LA PRIMER LACTANCIA

(F. Soberon, 2012; ensayo sobre 1800 primeras lactancias realizado en la Universidad de Cornell).

Esta respuesta se debe a que el tejido mamario responde al consumo de nutrientes en los primeros 60 días de vida, diferenciando células que serán las futuras células productoras de leche.

Si no obtenemos la máxima ganancia de peso en esta etapa, compensar más adelante (entre los 90 a 320 kg de peso vivo) no producirá efectos positivos sobre la producción de esa primera lactancia.

A continuación, verán el cuadro de un trabajo donde desde los 90 kilos hasta la pubertad (320kg) se alimentó a terneras para obtener 3 ganancias de peso distintas: 600 gr/ 800 gr y 1000 gr.

Para ver si había un efecto compensatorio, sobre el desarrollo de la glándula mamaria y producción láctea de la primera lactancia.

No hubo diferencias a favor de mayores ganancias en esta etapa.

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