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Período de adaptación en el Feedlot

Características del período de adaptación

En el feedlot el período de adaptación es de suma importancia y constituye un gran desafío sanitario y nutricional para los animales. Esto es debido a que en los primeros 21 días de encierre los mismos están sujetos a grandes cambios los cuales aumentan el riesgo de enfermedad y muerte en esta etapa. Sumado a esto, una pobre performance en la adaptación significa un menor desempeño productivo en el resto de las etapas del corral y una menor calidad de la media res al finalizar la misma (Tabla 1).

Tabla 1. Performance y la calidad de la media res de animales sanos (sin tratamiento) versus afectados por alguna patología y sometidos a uno o dos o más tratamientos (Busby et al, 2008).

Uno problemas que pueden sufrir los animales al ingreso del corral son las patologías digestivas. Dentro de las mismas la más común es la acidosis ruminal y en segundo lugar el timpanismo. Ambas están asociadas a un alto consumo de granos de cereales (dietas de terminación), lo cual es consecuencia de dietas desbalanceadas, insuficiente espacio de comedero o un manejo inapropiado de la alimentación. Si bien los problemas digestivos pueden ser importantes en ciertas situaciones nutricionales o de manejo, las patologías asociadas al sistema respiratorio, el Síndrome Respiratorio Bovino, es la causa más común de enfermedad durante la adaptación. El mismo se produce como consecuencia de una interacción de patógenos virales y bacterianos, más factores de manejo y ambiente que aumentan la susceptibilidad de los animales. Su importancia es tal que según datos de USA, el 16,2% de los animales en feedlot muestra signos de enfermedad respiratoria en algún momento del encierre (USDA, 2011). A continuación se describen los factores desencadenantes y las medidas de manejo que se pueden implementar para reducir la incidencia de problemas en la adaptación.

Factores que condicionan la salud en la adaptación

Al momento del ingreso al feedlot los animales se pueden enfrentar con tres problemas. Pueden sufrir de diferentes grados de estrés, deshidratación y presentar un bajo consumo de alimentos. El estrés es un proceso fisiológico de adaptación de los seres vivos. En el mismo entran en juego una serie de mecanismos que se activan para afrontar una situación que se percibe como amenazante. Si bien parece contradictorio ante esta definición el estrés ha mostrado reducir la capacidad de respuesta del sistema inmune, es decir, los mecanismos de defensa del organismo frente a los agentes que causan enfermedad. El manejo al que son sometidos los animales desde los campos de cría o recría hasta el ingreso al feedlot puede resultar altamente estresante. Por lo tanto en la adaptación los animales pueden sufrir de un importante estrés que condiciona su capacidad de respuesta inmune y, por lo tanto, la salud.

Entre las fuentes estresantes las más importantes resultan el destete, el transporte, la privación del agua y la comida, el agrupamiento con otros animales y la exposición a nuevos patógenos. Del mismo modo factores como la castración, los cambios de clima, las vacunaciones, los cambios de ambiente y de dieta también desencadenan los mecanismos de adaptación. La nutrición y el estrés interactúan, por lo que una situación estresante puede provocar o agravar una deficiencia nutricional y una deficiencia nutricional puede provocar estrés. Por lo tanto, la mayoría de los procesos a los que son sometidos los animales previo o en el ingreso a los corrales, incluso una deficiencia nutricional, se comportan como factores desencadenantes de estrés.

El otro problema que sufren los animales al ingresar a los corrales es la pérdida de peso. La misma es llamada desbaste y obedece principalmente a la pérdida de agua del tracto gastrointestinal, en primer lugar, y del contenido celular en segundo. El encierre, el transporte y el mercadeo, junto con la privación del agua y la comida que muchas veces se dan en estos procesos, son los desencadenantes del problema. El grado de desbaste se encuentra condicionado por aspectos como el tiempo de privación de agua y comida, la distancia del transporte, la edad, el sexo y la condición corporal. Sin embargo, el componente más importante es el tiempo por lo que cuanto más sean las horas donde los animales estén sin poder comer y beber, mayor será el porcentaje de desbaste y el tiempo necesario para recuperarse (Tabla 2).

Tabla 2. Porcentaje de desbaste de acuerdo a la cantidad de horas sin comida ni agua y la cantidad de días necesarios para recuperarse (Fox et al., 1985).   

La deshidratación afecta la llegada de sangre a los tejidos y la capacidad del cuerpo de poder luchar contra los agentes que provocan enfermedad. Junto con esto la falta de agua y comida también es percibida como un factor estresante. Así, ante un desbaste superior al 7% los animales sufren de un alto estrés y un mayor riesgo de contraer enfermedades. Por lo tanto, un excesivo desbaste ante del ingreso al feedlot condiciona la salud de los animales durante la adaptación.   

Por último, en la adaptación el consumo de alimentos es bajo. La privación del agua y la comida también afecta negativamente la capacidad y la actividad del rumen, la que permanece deprimida incluso por cinco a siete días luego de que se restituye el consumo. Junto con esto, los animales también experimentan un cambio de ambiente importante y son desafiados a adaptarse socialmente y al nuevo manejo. Esto constituye otro factor estresante, lo cual también deprime el consumo. Por lo tanto, toda esta situación determina que el apetito de los animales sea reducido durante las primeras semanas de ingreso, siendo este valor más más bajo cuando los animales están enfermos (Tabla 3). Junto con esto hay que considerar además que en la adaptación no todos los animales consumen la ración ya que al primer día solo cerca del 22 % del rodeo come, al 5to el 67% y al 10 todavía queda un 15% de los animales sin comer.

Tabla 3. Consumo de ración de los animales, saludables o enfermos, durante el ingreso a los corrales (% del peso vivo). (Hutcheson et al., 1986)

Como se puede ver, el período de adaptación desafía la salud y condiciona el resultado productivo del feedlot. Los problemas que sufren los animales durante el ingreso están altamente relacionados y muchas veces la presentación de uno desencadena o agrava la manifestación del otro. Es por esto que es importante trabajar sobre el manejo y la nutrición al ingreso de manera de poder reducir el impacto negativo de los cambios. 

Manejo de los animales en la adaptación

Al ser descargados, los animales caminan pegados a los alambrados de los corrales, buscando una salida. Esto determina que le sea más difícil encontrar el bebedero y los comederos si los mismos se sitúan en el centro de los corrales. Junto con esto, es importante que los corrales donde son descargados estén cercanos a zonas con pasturas y no entre el resto de los corrales ya que esto ha mostrado disminuir el estrés y la morbilidad. Además, ofrecer agua limpia atrae a los animales y ayuda a que comiencen a beber rápido y que se rehidraten. Por lo tanto, es importante que los bebederos, comederos y corrales sean limpiados y acondicionados previo al ingreso de cada tropa para que el estrés que sufren los animales por el cambio de ambiente sea menor y la adaptación más rápida. 

El tratamiento al arribo o procesamiento (vacunación, revisación clínica, descorne, castración) es normalmente realizado a las 24 a 48 horas de la llegada. Para hacerlo una opción es implementarlo el mismo día de llegada y la otra es dejarlos descansar con agua y heno ese día, para realizar las tareas al día siguiente. Luego de esto se puede comenzar a ofrecer la ración de inicio. Si bien ambas opciones pueden ser válidas, en el caso de animales muy estresados es conveniente dejar el procesamiento para luego de las 24 horas del arribo.

El preacondicionamiento es otra alternativa de manejo que puede resultar de utilidad para reducir los efectos negativos de la adaptación. Esta estrategia resulta ventajoso sobre todo en los terneros de destete, donde el estrés es mayor. La castración, el descorne y la vacunación previo al transporte y comercialización mostrado reducir la morbilidad y mortalidad en el feedlot. Más específicamente, datos de USA han demostrado que la vacunación 30 días antes del destete redujo el peso al destete en un 2% pero disminuyó la morbilidad en un 10 a 20% y la mortalidad en un 20%, respecto a los vacunados al momento del ingreso al feedlot.    

Finalmente, otros de los manejos que se pueden implementar en los lotes de alto riesgo sanitario es la metafilaxis. Esto consiste en el tratamiento en masa, inyectable u oral, de un antibiótico para prevenir el inicio de una enfermedad. Su uso ha mostrado reducir la incidencia de patologías respiratorias y mejorar la ganancia de peso en grupos sometidos a un alto estrés.   

Nutrición de los animales ingresados

Como se mencionó, al ingreso los animales consumen poca ración. Por lo tanto, el objetivo nutricional de los primeros días es que comiencen a consumir su dieta y que esto le permita al menos mantener su peso. Por esto es importante que la salud y la vitalidad de los animales, junto con la función ruminal, sean restauradas rápidamente luego del ingreso. Existen varias estrategias para lograr esto y entre estas se pueden utilizar la oferta de heno de buena calidad y bien palatable (sin hongos ni tierra) durante los primeros días. Si bien la oferta inicial de un buen heno puede estimular el consumo y el llenado, luego del primer o segundo día es importante comenzar a reducir el consumo de heno y comenzar con el consumo de la ración de inicio, la cual debe estar balanceada en energía, proteínas, vitaminas y minerales para este momento específico. Este paso de un alimento a otro puede tomar uno a dos días en el caso de animales poco estresados y hasta una semana en el caso de que el estrés sea elevado. Por lo tanto, si bien pueden ser varias las estrategias implementadas, el objetivo del inicio es que los animales comiencen a comer rápidamente una dieta balanceada, acorde a los requerimientos de esta etapa.

Debido al bajo consumo y a los mayores requerimientos vitamínicos y minerales asociados con el estrés, satisfacer los requerimientos nutricionales en el inicio es un desafío. Además, por la reducida capacidad de consumo y porque la mayoría de las raciones se manejan como porcentaje, se debe tener especial consideración para lograr que los requerimientos sean cubiertos. Nutrientes como las proteínas, el potasio, el selenio, el cobre, el zinc y la vitamina E, deben ser especialmente considerados ya que estos están íntimamente relacionados con la rehidratación y el funcionamiento del sistema inmune. Debido a estos factores, la densidad de los nutrientes debe ser específicamente ajustada durante las primeras semanas de encierre (Tabla 4).  

Tabla 4. Requerimientos nutricionales de terneros en una situación normal y al momento del ingreso a los corrales (Wagner, 1993 y Hutchenson, 1993).

Conclusión

La adaptación al feedlot constituye un gran reto para los animales. En esta etapa entran en juego aspectos que condicionan la salud y el resultado productivo durante el engorde. La procedencia y el manejo previo al que son sometidos los animales son un factor importante ya que están asociados con el riesgo de contraer enfermedades. La implementación de estrategias de manejo que minimicen el impacto de los cambios que sufren los animales, el uso de dietas balanceadas para esta etapa y la implementación de protocolos de trabajo para el ingreso, son aspectos que colaboran a reducir la presentación de problemas y permiten a que la adaptación sea atravesada de la mejor manera.

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