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Manejo de la Condición Corporal de las Cerdas: Indicador de Salud y Productividad.

Conocer y controlar la condición corporal (CC) de nuestras cerdas resulta un aspecto fundamental que no debemos pasarnos por alto. La gestión del estado corporal no se debe descuidar ya que evitaremos problemas de sobrealimentación y desnutrición. Estos desequilibrios pueden originar en complicaciones metabólicas y perjudicar la salud reproductiva de la cerda.


Mantener el mayor porcentaje de hembras en optima CC aumentara la longevidad de las madres, reduce la mortandad perinatal, traduciéndose en una mayor rentabilidad y sostenibilidad en la producción. Para esto debemos ajustar su alimentación y manejo según las necesidades individuales de las cerdas.


Con los genotipos de hembras magras que trabajamos en la actualidad, el manejo de deposición de tejido magro y de grasa son muy importantes. De hecho, debemos mantener un determinado nivel de grasa corporal durante la vida productiva de esa hembra para asegurarnos una buena productividad. Mantener estas reservas de grasa es posibles cuando se minimizan las pérdidas de reservas en la lactancia y logramos recuperarlas durante la gestación. Para esto, es necesario trabajar durante la lactancia para maximizar la ingesta de nutrientes y ofrecer raciones balanceadas para cubrir la demanda energética.


Desde siempre, la evaluación de la CC se ha basado en métodos visuales y táctiles. Estos métodos en los genotipos actuales, magros, pueden resultarnos algo limitados por ser métodos subjetivos, si bien se usan y son de utilidad debemos apoyarnos en métodos más precisos para la evaluación de la CC.

Estos métodos se basan en la medición propiamente del espesor de grasa dorsal a través de ecógrafos o Ultrasonido (Renco).
Momentos Claves para evaluar CC:
 Nulíparas: El objetivo es verificar que hayan alcanzado el espesor de grasa dorsal recomendado por la genética al momento de la primera inseminación. Valores inadecuados, ya sea superiores o inferiores, pueden desencadenar problemas de, fertilidad, prolificidad, y la vida reproductiva de esa cerda.
 Multíparas: En esta categoría tenemos varios momentos para evaluar la CC. El objetivo de esto es hacer los ajustes necesarios en cuanto a manejo y alimentación.


-AL PARTO: Esto nos permitirá evaluar con que reservas corporales se va a enfrentar esa cerda su lactancia.
-AL SERVICIO: Para determinar el punto de partida de la siguiente gestación. Dependiendo de la Condición corporal en este momento, se deberá ajustar la alimentación de manera individual. Los primeros 35 a 40 días tendremos como prioridad recuperar la cc, peso y reserva de grasa.

La alimentación adecuada de las hembras en gestación beneficia la vitalidad del lechón y su despeño durante la lactancia. Las hembras durante esta etapa, deberán consumir los aminoácidos necesarios y la energía para su Mantenimiento y Recuperación de la CC del ciclo anterior. Condición que idealmente debe recuperar al día 85 de gestación para que a partir de acá todo excedente de la ración será destinado al crecimiento Fetal y crecimiento Mamario Estando así, con las reservas necesarias para afrontar nuevamente otra lactancia.


Durante la lactancia, la cerda no debería perder más de 4 milímetros de grasa (idealmente entre 2 y 4mm) o 2 unidades de Caliper. Para evitar pérdidas significativas debemos trabajar, no solo un alimento que disponga todos los nutrientes necesarios, sino también en la cantidad de alimento consumido a lo largo de la etapa. De no ser así, las cerdas se verán obligadas a movilizar su reserva corporal-grasa-musculo y esto nos traerá problemas en la reanudación del ciclo siguiente.


También resulta importante destacar que factores ambientales, Instalaciones, Factores propios de la cerda como número de partos, tamaño de la camada, y factores de manejo afectan el consumo de alimento durante la lactancia.

Como conclusión, la evaluación y el manejo de la condición corporal de las cerdas es esencial para lograr una producción eficiente, rentable y sostenible. La implementación de herramientas moderas y objetivas como el ultrasonido y la ecografía nos permitirá optimizar las decisiones de manejo y nutrición, mejorando la rentabilidad de nuestra granja y asegurando el bienestar animal.