Se viene el verano, las olas de calor extrema y los sistemas de engorde a corral tienen nuevos desafíos que van más allá del manejo cotidiano. Estas condiciones, afectan tanto el estado fisiológico de los animales como los resultados económicos. Las altas temperaturas dificultan que los animales disipen el calor acumulado, lo estresan, impactando en su performance y en la rentabilidad del productor.
El estrés térmico genera temblores, falta de coordinación, colapso neurológico y muerte. Esto es producto de la deshidratación, coagulación intravascular, colapso respiratorio y muerte del animal. La sangre se coagula por estrés calórico y genera un paro respiratorio.
Cuando el calor se acumula y se produce el estrés térmico el consumo de materia seca se reduce entre 5% y 10%. La eficiencia de conversión de alimento en carne empeora más que este porcentaje (posiblemente al doble) por la combinación de un menor consumo y un mayor gasto energético. En casos extremos el efecto negativo puede llevar a la muerte de animales por golpe de calor.
El estrés por calor tiene mayor incidencia en animales con problemas sanitarios previos (enfermedades respiratorias pre existentes, ejemplo neumonía), en aquellos con pelaje color negro, animales jóvenes (destete precoz) o en animales muy avanzados en su etapa de terminación (gordos, engrasados, pesados).
La magnitud de las muertes y el profundo sufrimiento de los animales sugieren que tenemos que ser proactivos en la gestión de la mitigación del estrés ambiental. El objetivo principal de cualquier estrategia de mitigación del estrés por calor es el de ayudar al animal en la reducción de la temperatura corporal durante el pico máximo de temperatura en el día y también reducir la temperatura corporal de los animales por la noche.
ESTRATEGIAS DE MITIGACIÓN
- Sombra: es un método efectivo porque reduce la radiación directa e indirecta sobre los animales. El espacio de media sombra debería ser de 1,8 m2/animal para novillos pesados y podría reducirse a 1,5 m2/animal para terneros o novillitos livianos. Esto permite reducir entre 1-3 grados la temperatura. La altura debería ser entre 3 y 4 metros como mínimo (para que circule aire debajo) y la orientación es N-S.

- Sprinkling (rociado): es el método más efectivo para mitigar el estrés por calor. Es de rápida adaptación lo cual es extremadamente adictivo y tiene que funcionar siempre porque si deja de hacerlo puede causar muchas muertes en esos días que no funciona. Hay dos sistemas, uno para evitar voladuras de tierra y otro para animales. Para animales se requiere asperjar cada una hora durante 3 a 5 minutos. Las gotas tienen que ser grandes para que penetre en el pelo del animal. Si los animales perdieron el pelo de invierno el tamaño de gotas puede ser menor. El sistema más recomendable es rociar el animal y la superficie del suelo. Esto último se puede hacer con un camión regador que tire agua dentro de los corrales o colocando aspersores en los corrales. De esta forma se reduce el calor que viene del suelo (que refleja de la radiación). Se necesita regar una superficie de 1,8 m2 por animal. El suelo tiene que estar húmedo, pero no hacer barro. Pero con este sistema se duplica o triplica la cantidad de agua que se utiliza en un feedlot respecto en un día normal, generando una gran demanda del recurso.

- Manejo de la alimentación: en verano, los animales consumen la mayor parte del alimento al atardecer, lo cual les permite disipar el calor asociado a la digestión y al metabolismo durante la noche cuando la temperatura es menor. Por lo tanto, a partir de diciembre y hasta principio de marzo, es conveniente suministrar una mayor proporción de la ración a la tarde (70% lo más tarde posible) para que los animales tengan comida fresca al momento del pico de consumo y menor cantidad a la mañana (30% lo más temprano posible). De esta forma se logra una mejora en la eficiencia de conversión respecto de suministrar la ración en los horarios de mayor calor. Otro aspecto a considerar es que los recursos alimenticios difieren en cuanto al incremento de calor que producen, en gran parte debido a las diferencias en la eficiencia de utilización de los nutrientes o productos finales de la digestión. Se recomienda bajar el consumo de fibras de difícil degradación dado que la fermentación de la fibra genera mucho calor, se deben utilizar fibras de alta calidad y digestibilidad. El uso de grasas es de gran ayuda, ya que tienen un alto valor energético y no producen calor metabólico durante su digestión (energía fría) en comparación con los carbohidratos y la fibra. En condiciones de calor, los bovinos pierden minerales esenciales a través del sudor y la orina, especialmente sodio y potasio. Aumentar el nivel de estos electrolitos ayuda a mejorar la hidratación celular y el equilibrio de electrolitos, reduciendo el impacto del estrés térmico. Los antioxidantes (vitamina E) ayudan a combatir el estrés oxidativo que el estrés térmico puede causar en los tejidos del ganado. Esta vitamina, junto con el selenio, son útiles para proteger las células y mejorar la respuesta inmunológica.

- Manejo de animales y bebederos: nos tenemos que asegurar que las bebidas de los corrales estén limpias y con agua fresca. Es fundamental en los meses de calor, limpiar las bebidas una vez por semana y asegurarnos tener el suficiente stock de agua en el caso de que tengamos la rotura de bombas o molinos. Los movimientos de la hacienda deben realizarse en los horarios de menor calor, para evitar posibles trastornos térmicos que le podemos generar moviéndolos en los horarios de mayor temperatura.

Para tener buenos resultados productivos y económicos durante todo el año, hay que trabajar de forma eficiente, consciente en los obstáculos y problemas que tenemos. Es indispensable tener en cuenta el bienestar de los animales para que ellos puedan expresar su máximo potencial productivo.
